Importancia de la actividad física

Hacer ejercicio es la forma más eficaz de cuidar tu salud y mejorar tu estado físico. Seguramente lo sabes; sin embargo, te cuesta establecer una rutina porque el tiempo no te alcanza, porque vives "a mil", porque tienes cosas más urgentes que resolver, porque "mañana empiezo" y ese mañana nunca llega.


Energía en movimiento
Ninguna excusa es válida. Si prestas atención en las dos últimas evidencias científicas, éstas confirman que no es necesario sudar hasta la última gota en el gimnasio o correr una maratón de 42 kilómetros para beneficiarse con la actividad física, que el mejor ejercicio es el que la persona disfruta o "el que se hace", ¡incluso bailar! Que se puede empezar con pequeños cambios en la casa o la oficina, como hablar por teléfono de pie en lugar de recostarse en un sillón. Que el sedentarismo no está impreso en los genes como un designio. Acompañada de una buena hidratación  y alimentación, prudencia y perseverancia, la actividad física es el mejor recurso terapéutico.

Acompañada de una buena hidratación y alimentación, prudencia y perseverancia, la actividad fisica es el mejor recurso terapéutico.

Si todavia no estas convencido, entérate cuáles son los beneficios asociados a la actividad física regular:


  • Previene la enfermedad coronaria, primcipal causa de mortalidad.
  • Ayuda a prevenir, controlar y tratar la hipertensión arterial, leve o moderada.
  • Previene la diabetes del adulto, también llamada tipo II o no insulinodependiente (uno de cada cuatro adultos  tiene riesgo de desarrollar diabetes).
  • Controla la osteoporosis (fragilidad progresiva de los huesos por pérdida de masa ósea, especialmente en mujeres mayores de 50 años) que lleva a las fracturas, inmovilización y pérdida de la capacidad funcional.
  • Previene la obesidad -la epidemia del mundo desarrollado- en adultos y niños.
  • Ayuda a combatir la depresión y la ansiedad, ya que el ejercicio se asocia a la liberación de endorfinas (sustancias segregadas por nuestro sistema nervioso al realizar la actividad física).
  • Actúa en la prevención de lesiones lumbares y hernias de disco, a través del fortalecimiento del corsé natural formado por los músculos del abdomen y la espalda baja.
  • Ayuda a prevenir la incidencia de accidentes cerebrovasculares.
  • Disminuye la incidencia de ciertos tipos de cáncer (colon, mama).
  • Mejora el descanso nocturno y el sueño


Un Plan a tu medida
Si no estás acostumbrado a cumplir con un plan de ejercitación, puedes comenzar agregando un poco más de movimiento a la vida cotidiana:
Por la mañana, levántate 15 minutos antes y dedica unos minutos a estirar los músculos.
Utiliza las escaleras en lugar del ascensor, aunque sea, detén el ascensor, un piso antes de tu destino
Camina durante 10 minutos tres veces al día: al ir  de compras, al sacar a pasear a tu perro o estaciona tu automóvil unas cuadras antes.
Si tomas transporte público, hazlo en una parada más distante o bájate unas cuadras antes de tu destino.
Escucha música movida y... ¡Baila!
Cuando hayas superado los hábitos sedentarios, podrás incrementar tu actividad y animarte a practicar algún deporte o hasta...¡ir a un gimnasio!. Recuerda que antes de iniciar cualquier actividad es imprescindible someterse a un control médico que te dé el visto bueno para practicar el deporte elegido

Agua que has de beber
Es imprescindible beber agua antes, durante y después de la actividad física: no menos de 500 ml antes de comenzar 1 o 2 vasos durante la actividad (cada 20 minutos) y no menos de 500 ml al terminar. Para controlar el estado de hidratación, es bueno pesarse antes y después de realizada la actividad física y recuperar el peso perdido... ¡con agua!

Salud Garantizada
Tres opciones fáciles para mantenerte en forma:

  • La Caminata es la actividad física más natural, apta para todas las edades y los estados físicos. Se ha comprobado que la caminata rápida permite ejercitar el cuerpo tanto como la carrera o la gimnasia de alto impacto, sin poner en peligro las articulaciones. Lo aconsejable es comenzar caminando 10 cuadras en 12-15 minutos, 3 veces por semana, e ir aumentando de a 2 cuadras por día, hasta llegar a recorrer una distancia de 30 a 50 cuadras, ritmo constante en un tiempo proporcional controlado por reloj.
  • La bicicleta es una medicina sobre dos ruedas. Está clínicamente comprobado que es una de las actividades más completas y universales para prevenir dolores de espalda, proteger articulaciones y mejorar el sistema circulatorio e inmunológico.
  • Otra opción maravillosa es el ejercicio en el agua. Ya sea la natación o la gimnasia acuática incrementan la fuerza y flexibilidad corporal, pues aumentan la capacidad de resistencia aeróbica, fortalecen el tono muscular y mejoran la postura y la coordinación.

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