La elección de la carne de ave tiene sus secretos. Debes observar el estado de la piel, su humedad, el color y el olor para asegurar de comprar productos frescos y sanos. Una vez en casa, aprende cómo conservarla para preparar deliciosos platillos.


Existe una amplia variedad de aves para el consumo. Lo primero que debes saber es que la mayoría de las que se venden en supermercados se crían en granjas industriales y tiene un sabor menos intenso que las provenientes del corral. Si bien éstas últimas son más caras, resultan más sabrosas porque han recibido una alimentación variada y han sido criadas en libertad y movimiento. Puedes comprar las aves enteras al natural directamente en las granjas o preparadas para cocinar, tal como las encuentras en los comercios. Allí, la mayor parte de las aves se presentan listas para preparar, es decir, desplumadas, limpias y con pocas vísceras (sólo la molleja, el corazón y el hígado). Debes saber, además, que si compras sólo ciertas partes (pechuga, muslos, alitas), la carne se conserva por menos tiempo.

Cual Elegir

A la hora de eligir, opta por los ejemplares de cuerpo compacto, de forma redondeada y con la pechugas firmes y gordas.
Para asegurarte de que sean frescos ,escoge aquellos aquellos ejemplares con aspecto carnoso que tengan los huesos bien cubiertos por músculo, con la piel húmeda y de zonas oscuras o secas.
Si se trata de un ave congelada,la piel estará mojada. Hay que descartar aquellos ejemplares que tengan aspectos desecado y con  escarcha en el envase, ya que esto es indicativo de que ha habido descongelación y posterior recongelación.
También es muy frecuente hallar las piezas como pechugas, alas y muslos, ya separadas, habitualmente dispuestas en bandejas y cubiertas por un papel plástico de cocina.
Cuando se presentan de este modo, es habitual encontrar una pequeña cantidad de líquido en el envase que corresponde al exudado de la superficie de corte. Sin embargo, cuando la cantidad de líquido es superior a lo normal, puede ser indicativo de un menor grado de frescura o que las condiciones previas al sacrificio no han sido correctas.
Asimismo, se pueden presentar las piezas deshuesadas. Pero casi siempre resulta más económica adquirir el ave completa,
Las piezas de caza suelen comercializar con plumas. Toma la precaución de observar si las plumas no se desprenden con demasiada facilidad, ya que esto puede ser indicativo de una maduración excesiva. Si presenta las plumas y la piel húmedas, significa que se trata de un ave que ha sido congelada. El aspecto general debe ser limpio y frsco, y en ningún caso deberá tener olor desagradable.

Cómo conservarlas

Recuerda que el llegar a casa, no debes conservar el ave en la nevera más de dos días. Lo ideal es retirar el plástico y ponerle papel de aluminio para que dure más horas fresca y conserve su aroma. Si está cocida, podemos conservarla en la nevera hasta cuatro días. Si no piensas cocinarlo en el día, lo mejor es congelar la carne.
Para congelar, se puede conservar el ave entera o en piezas, prolongando de esta forma su conservación durante un período de seis meses, aproximadamente. Debes envolverla en papel plástico de cocina o papel parafinado , e introducirla luego en una bolsa específica para congelados. Una vez descongelada, no puedes volver a guardarla en el congelador. También hay que tener en cuenta que los menudillos son mas perecederos, por lo que deben congelarse aparte y emplearse en un plazo máximo de tres meses. Cuando decidas cocinarla, descongela la carne de ave en el refrigerador y no lo prepares hasta que se haya descongelado del todo.

El Color según la especie

La carne de de estar sana, sin rastros de magulladuras, ni manchas, de color uniforme y amarillento en el caso específico del pollo y el pavo. Con respecto al pato y a la perdiz, el color varia entre el amarillo y el gris.

"Las aves criadas en granja resultan más sabrosas porque han recibido una alimentación variada, y han sido criadas en libertad y constante movimiento."